martes, 24 de enero de 2012


via flores en el ático de remedios em 22/01/12
El sonido y el agua del post anterior me han traído a la mente, irremediablemente a este
 maravilloso artista que hace mucho tiempo debía haber estado aquí.
Se llama Finnbogi Pétursson y trabaja con el sonido, pero no en forma de música o ruido,
 sino en estado puro, partiendo de sus propiedades físicas naturales. Finnbogi captura 
fenómenos acústicos en el agua, viento, metal y fuego componiendo piezas elementales
 en su forma y contenido, crudamente hermosas y poéticas.
Las obras que más me interesan son esas en las que Pétursson trabaja con la onda sonora
 que se transmite mediante altavoces por el agua formando reverberaciones en la superficie 
que se transmiten por todo el espacio gracias a focos de luz colocados bajo el agua.

Como el sonido se transmite con ondas de formas variadas, los patrones de la proyección 
fluctúan y evolucionan en mágicas formas geométricas que cambian constantemente.
Fascinantes e hipnóticas instalaciones dinámica que evocan la naturaleza primitiva del 
sonido dentro de un despliegue de luces y sombras en las que lo antiguo y lo contemporáneo, 
lo material y lo invisible, lo básico y lo tecnológico, coexisten armoniosamente.
Este artista, utiliza de una manera muy inteligente el sonido como una herramienta para
 generar una obra de arte visual, desafiando nuestra percepción y jugando con los 
conceptos de sonido y la visión.
No dejéis de ojear su obra Tides en la que construye una pequeña casa de madera entre 
el mar y la playa, abierta en la parte inferior. En su interior, se puede estar sentado 
disfrutando de las olas que penetraban desde el suelo, introduciendo en el interior 
reflejos del sol. Una poética frontera entre la tierra y el agua, la luz y la oscuridad, el sonido 
y el silencio…
Ya conocía a este artista pero lo he recordado aquí. Las fotos son de las web del artista.