lunes, 4 de noviembre de 2013

Reflexion del Laboratorio Por Carlos Castillo

Esta ponencia fue desarrollada leída por Carlos Armando Castillo, el día 13 de septiembre de 2013 en el marco de  (((TOLIMA TERRITORIO SONORO))) PRIMER ENCUENTRO DE LAS ARTES Y EL SONIDO, organizado por el equipo de trabajo interdisciplinar SONOSCOPIO, conformado por los artistas plásticos Leonel Vásquez y Aníbal Maldonado y la música Yudy Esmeralda Ramírez y el colectivo curatorialTRES VECES NO conformado por estudiantes de artes plásticas y visuales de la Universidad del Tolima. Durante el encuentro hubo espacios expositivos, académicos y de intercambio de saberes con la presencia de los artistas colombianos Mauricio Bejarano  y Jaidy Díaz y el mexicano Juan Manuel Rocha Iturbide.
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Me propongo hablar de lo realizado por el laboratorio COELLO Y COMBEIMA, investigación y experimentación de territorios sonoros en el Tolima, desarrollado los últimos cuatro años y a través de ello, apuntar elementos para una idea de territorio captado en su sonoridad. Naturalmente se trata de mi punto de vista al respecto, de mis vivencias como laboratorista y como tolimense interesado en la raíz de su cultura; por otro lado, a nivel personal, ha existido cierta contención en cuanto abordar por medio de la escritura, las experiencias del laboratorio; año tras año, en cada versión del laboratorio, me proponía escribir al respecto, cosa que nunca hice. Frente a la explosividad o sutileza de la onda sonora, quizá pensaba que mi escritura en su tejer de argumentos más o menos coherentes, solo podría decaer en cierto tono banal o estereotipado, al tratar de abordar dichas experiencias. Pero ya se ha adquirido cierta madurez y ganado distancia respecto a esos primeros intentos, por lo cual espero hacer algún tipo de aporte.
Desde hace cuatro años el laboratorio COELLO Y COMBEIMA ha intervenido activamente distintos lugares del territorio, generando un colectivo en donde confluyen interdisciplinarmente artistas e investigadores para dar cuenta, así sea de manera fragmentaria, de lo sonoro-regional en términos plásticos y como materia de trabajo artístico. Se produce un espacio que sin dejar de orbitar en lo académico, abre la posibilidad de dinámicas de experimentación alternativas con un proceso en donde los participantes se asumen como laboratoristas sonoros; por lo general se hicieron trabajos de sensibilización, apropiación y resolución de la materia sonora proyectada a su vez sobre el territorio. Las implicaciones y las colaboraciones resultantes comienzan a crear una nube de discursos impregnados en primer lugar por los avances realizados dentro del territorio, así como la consideración sobre sus posibles sustratos en términos de sonoridad potencial. Sin embargo, la pregunta inicial pasa por el nombre de cada participante, la primera materia de reflexión y de transformación de signo un tanto pasivo a imagen sonora, en donde el sonido de las letras deviene en mantra colectivo que disuelve ese rasgo inicial de identidad. Un primer intento de partitura, que en versiones posteriores del laboratorio produjo ejercicios más sofisticados, basados en la intervención de textos e imágenes de periódico que serían inmediatamente articulados e integrados en alguno de nuestros coros experimentales, explorando distintas posibilidades expresivas. El coro experimental, ejecutado con o sin partitura, es el lugar ideal para traslapar la idea de música tradicional, modificarla o aventurar maneras particulares de aproximación a un tema que resulta especialmente sensible en relación al territorio, teniendo en cuenta la articulación de la música y el baile tradicional al discurso de identidad regional basado en valores folclóricos. En esta tensión también participa con su propio peso el legado de la música académica que en Ibagué tiene su fortín; la experiencia del laboratorio ha contado con la presencia eventual de cantantes o músicos, algunos de ellos con formación académica, lo cual evidentemente fortalece las acciones e intervenciones propuestas. Sin embargo, en el momento de plantear dichas intervenciones, por lo general se entiende que no se trata de una interpretación musical corriente, sino más bien de la articulación de prácticas de ruidismo a estrategias de ocupación de lugar; se parte de la premisa que cada ser humano puede desarrollar su potencial ruidista, sea músico o no lo sea. Se crean campos de interrogación, intercambio de saberes, intersección de trayectos y distintos acentos expresivos. En estos campos surge la pregunta sobre el territorio que oyen los otros y el que nosotros oímos; el territorio tendría esa doble condición de ser sentido en el adentro y en el afuera de su propio sustrato simbólico, en relación a los cuerpos que habita y en donde resuena o silencia el peso de su historia. A través de una experiencia puntual se desarrolla la interrogación y se adelanta la pesquisa, ¿qué es lo que nos hace supuestamente tan sonoros o en que consiste dicha inclinación hacia la sonoridad? ¿Cómo se articula dicha sonoridad al territorio como ente simbólico (como comunidad imaginada) y que incidencia tiene en ello el peso de la tradición musical en su doble condición culta y popular? ¿Qué diferencia puede haber entre ser sonoro y ser musical, son condiciones de qué tipo, cómo se manifiestan a través de los cuerpos?
Era necesario recrear un mapa mental del territorio, reconocer los hitos, las posibles fisuras de la historia; el Tolima, a pesar de su apariencia bucólica e introspectiva, su vocación pastoril y agrícola como proveedor de centros urbanos más importantes, estuvo ligado, en la historia, con grandes estruendos y crueles desmembramientos. Opitas al sur y tolimenses al norte compartimos una raíz de resistencia indígena que durante casi un siglo se opuso al poder español en los Llanos del Gran Tolima, en dónde retumbaron los cantos guerreros y los gritos de batalla. Resulta significativo además que una de las estrategias de la conquista fue la mutilación y el silenciamiento mediante la prohibición de hablar las lenguas originales, la prohibición de su enseñanza y en casos extremos la mutilación a que fueron sometidos algunos chamanes, curanderos y sacerdotes indígenas, a quienes su lengua les fue literalmente arrancada. El encuentro violento de culturas, de sonoridades y de músicas de tan diversa tradición y que comienzan a traslaparse, a configurar un espíritu sonoro familiar al Tolima y al Huila (administrativamente separados pero culturalmente unidos en la tradición en común, empezando por la música) cuya consecuencia será aquella “innata capacidad de asimilación de sonidos” que por supuesto soporta en gran medida la idea de identidad local y regional. Sonidos mestizos y nuevas interpretaciones de la doble tradición se ejemplifican en el surgimiento de juglares y cantores de la fiesta tradicional, entre los cuales se destaca Cantalicio Rojas, quién en una entrevista afirmó que la base rítmica del aire de la caña fue inspirado luego de haber escuchado un grupo de músicos indígenas en el mercado campesino de Natagaima. Sin embargo era necesario buscar una nueva perspectiva para asumir la sonoridad del territorio y no detenernos allí, en la segura certeza de un horizonte cumplido, por el contrario, era necesario realizar el trayecto, un ida y vuelta sobre el terreno, un hundirse o sentirse inmerso en la materia parlante, en sus sustratos gimientes e historias sepultadas. Al ocupar y generar intervenciones, acciones y registros sobre las ruinas de Armero, el laboratorio comienza a pensar la estridencia y extravagancia de ciertos actos de la naturaleza; el caótico desquiciamiento que sugiere la forma natural a gran escala se confronta mejor con actos mínimos, pero efectivos y que pueden ser ajustados en la postproducción.
El silencio también puede ser más frío que la muerte. El cementerio de Armero no fue tocado por la avalancha y se convirtió en resquicio de supervivencia material y luego fue tomado por el olvido y la nada. Una doble nada en medio de la nada. Pensar el fantasma que gravita sobre nosotros, el enorme aullido de la tierra que fue escuchado a kilómetros de distancia como el absurdo regreso del tren. Suenan las sirenas en los pueblos, llega el tren en un camino de hormigas inventado al azar, tarde quizá comprendemos que los tiempos modernos avanzan con estribillo diabólico, representados por diversos engendros o satélites en la creciente explosión de lugares comunes. Por allí corremos el riesgo de convertirnos de nuevo en narradores de historias inconexas, que parecieran siempre estar en un ir y venir de la nada, como para variar.
Retomando la idea de captar el territorio a través de sus claves sonoras, así como de elaborar un documento que contribuya a la memoria del laboratorio, es importante reseñar la experiencia del Río y su enorme relevancia en términos sonoros y plásticos, que también se refuerza por su significado central en el sustrato simbólico de la región. En el primer laboratorio hicimos una caminata por el Jardín Botánico de la Universidad del Tolima, que nos llevó a las riberas del río Combeima, el cual a esa altura, ya viene con una importante carga de contaminación urbana y que nos hizo reflexionar en el rumor del río como un grito un tanto sicótico, una queja enferma o un reclamo sin respuesta por aquel estado de las cosas. El rumor se fue acrecentando en exploraciones que vinieron luego, en Armero, de manera breve, en el río Lagunilla, luego en Ambalema en donde junto a los vestigios del tren y las ruinas de la estación y la casa inglesa que actualmente termina por caerse a pedazos, el río Magdalena constituyó un centro clave de la experiencia; así mismo las exploraciones realizadas en Juntas y el Parque Natural los Nevados, con su complejo sistema hídrico que comprende el nacimiento del río Combeima y otras tantas quebradas, en donde la relación con el río y las acciones destinadas a captar su particular sonoridad fueron muy importantes. El Río, por su parte, se presenta en diversos estados, no será una entidad pareja, cada sensibilidad lo asume según la ocasión y sus propias filias, el Río borbotea y parece a veces que modula una dulce tonada, en otras ocasiones, en la caída y choque de las piedras sube hasta convertirse en un coro ensordecedor y aplastante. Tendríamos que pensar el rumor de las aguas como una invitación del territorio a sumergirse en su sonoridad; abrir la escucha en el paisaje de Río suele ser un acto de gran introspección y en donde frecuentemente se asume una actitud “ida”, en la concentración de pensamientos se adivina quizá que las murmuraciones del agua son la invitación recurrente a un dejarse llevar, la naturaleza parece un constante llamado.
El discurso de identidad territorial basado en valores folclóricos y que tiene como expresión máxima las fiestas sanjuaneras y sampedrinas del Tolima Grande, reúne y amplifica los distintos elementos de la tradición, la música y el baile en primer lugar, luego, en el horizonte de lo simbólico, el paisaje se llena con presencias y voces que se adivinan en lo hondo de la noche, en lo oculto de la selva, en los caprichos del Río, allí donde surgen las entidades que habitan el imaginario de la región. Entre todas ellas se destaca la imagen del Mohán, entidad propia de los Ríos Magdalena y Saldaña, que presenta un rasgo interesante para el caso que consiste en su marcada predilección por la música, puesto que en la oralidad recopilada se le muestra a veces en la ribera del Río, tocando flauta, guitarra o en ocasiones el tiple. El universo de entidades mito-poéticas que se afianza en el imaginario regional dispone de un verdadero arsenal de gritos, aullidos, bramidos, conjuros, (la Madremonte) llamadas desesperadas (la Madre de Agua) o llamadas lastimeras (La Patasola), quejas y alaridos (la Llorona), carcajadas destempladas (la Muelona); sin embargo, será el Silbador, pájaro de mal agüero entre los campesinos del Tolima, la entidad imaginada que nos pueda brindar una nueva conexión con la sonoridad del territorio, esta vez de carácter fatídico. El Silbador existe como sonido puro, pues quienes afirman haber escuchado, niegan siempre haber visto. El Silbador canta tres veces en el lapso de unos pocos minutos y a veces cambia de posición entre canto y canto, acercándose a la víctima y aumentado de manera indescriptible el efecto terrorífico. Se trata de un canto “largo, triste y conmovedor que estremece de pies a cabeza” a quién tiene la desgracia de oírlo. El Silbador anuncia de manera infalible al señalado que en su círculo cercano sucederá algo malo, por lo general el fallecimiento de un ser querido. El canto del Silbador se vuelve particularmente insidioso durante la época que antecede la violencia política de los años cincuenta en el Tolima, de manera que se integra al imaginario macabro de dicha violencia y termina por asumir un perfil de entidad desagradable y maldita.
Así, el imaginario de la violencia, también cumplió un papel importante en la formación tardía de identidad del territorio, que se define entonces a partir de una serie de pulsiones antagónicas, de vida y de muerte. El colapso del sistema político colombiano a mediados del siglo XX, que hundió al país en un largo periodo de violencia partidista y que asumió pronto un carácter perfectamente sicópata, tuvo en el Tolima un foco trágico que desmembró su tejido social y provocó un desplazamiento masivo de campesinos hacia las periferias urbanas. Durante este periodo las fiestas populares entran en crisis pues las autoridades del departamento consideran que su realización detonaría infaliblemente hechos de violencia. Sin embargo, otros sectores consideran que si bien existía dicha posibilidad, era necesario correr el riesgo, pues la fiesta será una especie de válvula de escape para aliviar la presión del conflicto sobre la población. A finales de los años cincuenta, momento en el que la violencia partidista se descompone y adquiere rasgos demenciales y cuando el Tolima comienza a transitar por la parte más dura del conflicto, se abre la polémica sobre la realización o no de las fiestas populares; los gestores de la fiesta moderna y las autoridades en cabeza del gobernador convocan un Cabildo Abierto en plaza pública con el fin de dirimir la cuestión. En medio de dicho acto y de manera espontánea, tanto la Plaza de Bolívar como las calles aledañas se fueron colmando de gente que apoyó la propuesta a través de manifestaciones de festividad: junto al pueblo aparecieron orquestas, duetos, tríos, estudiantinas, tunas y coros; la música apareció como un elemento reconstituyente de identidad en medio del contexto trágico de una sociedad en aparente estado de disolvencia. En 1959, cuando se realiza el Primer Festival Folclórico Colombiano y mientras los llamados “bandoleros” armados, marchan y contramarchan por los campos del Tolima haciendo su macabra cosecha, en Ibagué el pueblo disfruta de su propio concurso de bandoleros y le saca chiste al asunto. En efecto, se convocó a bandoleros de todo el país para que tocaran sus bandolas, mientras el baile tradicional se tomaba las calles. Según la Comisión del gobierno encargada de redactar un informe sobre el desarrollo de las fiestas se percibía “el anhelo de esa región atormentada de recuperar su alegría de otros tiempos y demostrar a la Nación que el Tolima es un Departamento que sabe trabajar, sabe sufrir y sabe divertirse”.
Volviendo a la memoria, sentimos que la ruina también aparece como elemento importante en esa búsqueda de experiencias para definir la sonoridad del territorio. Ruina y ruido se articulan en la ocupación constante de lugares abandonados y en donde el olvido, así como la dispersión de la memoria en su dimensión material, se vuelve una constante en los trayectos que el laboratorio propone. En Armero, sin embargo, se generó cierta atmósfera que inhibió de alguna manera el impulso ruidista y posibilitó otro tipo de discurso. Por su parte, en las intervenciones realizadas en la casa inglesa de Ambalema y en el Panóptico de Ibagué, la ruina si se volvió ruidista, parcialmente en la primera, amplificado por su condición arquitectónica en el segundo, permitiendo habitar los lugares de manera particularmente intensa.
El Panóptico de Ibagué es un edificio importante para la ciudad, pues cuando inicia su construcción a finales del siglo XIX, marca su desarrollo urbano y define en gran parte la configuración de su centro histórico. En su condición de Penitenciaria se convirtió en símbolo de tortura y violación de los derechos humanos. Tras el cierre del penal el edificio comenzó a derivar en el limbo de las políticas patrimoniales que caracteriza la región. Surgieron distintos proyectos para determinar su nuevo uso, unos más o menos afortunados y otros no tanto. La idea que tomó más fuerza fue la de abrir un museo en sus instalaciones, sin embargo, hasta ahora no se pudo llevar a cabo: en lugar de invertir en el refuerzo y adecuación de la estructura original, se gastó una buena cantidad de recursos en la construcción de nuevas instalaciones al lado de dicha estructura. El desgreño administrativo, las aparentes dinámicas de corrupción y la falta de voluntad política para definir el uso del edificio lo han convertido en motivo de vergüenza para los ibaguereños en general, testigos de una situación que se mantiene y profundiza con el paso de los años.
Cuando el laboratorio llega a realizar su trabajo previo de sensibilización y apropiación del lugar, son evidentes una serie de potencias sonoras tanto en el plano de la disposición arquitectónica como de los materiales con los cuales se encuentra construido el edificio. Por otra parte, las palomas que infestan el lugar y contribuyen activamente con su decadencia por su descarga constante de excrementos, son una especie de presencia insidiosa y que se manifiesta en su constante rumor, aleteos y el chillido agudo de los pichones. Surgió la necesidad de responder al arrullo de la paloma, por otro lado, algunos compañeros decidieron elaborar una serie de marionetas macabras a partir de palomas y pichones muertos, prácticamente momificados en el piso del lugar y que de manera posterior se convirtió en elemento de interacción importante en nuestra relación con el público. Aunque las mencionadas marionetas no constituyen dispositivos sonoros por sí mismos, en el momento de hacer la invitación a ocupar el lugar, contribuyeron a generar una atmósfera de juego un tanto desquiciado y relacionadas con la necesidad de pensar las voces de la paloma principalmente a través de cantos, lecturas, de manera adicional se trabajaron variantes de la actitud ruidista tan importante para nosotros. Palomas en el panóptico, murciélagos en las ruinas del hospital de Armero y chicharras en los árboles de la ciudad, son elementos que nos ayudan a vivir la sonoridad del territorio, generando una gama que arranca desde lo imperceptible y llega a lo insoportable. Dadas las condiciones particulares de los permisos conseguidos para trabajar el lugar, no se pudo hacer una invitación abierta al público para que nos acompañara en la intervención definitiva del Edificio Panóptico. Sin embargo, quienes pudieron hacerlo, se integraron a la idea ruidista, la asimilaron y comenzaron a experimentar con la misma; la disposición de celdas y la arquitectura en cruceta típica de las construcciones panópticas, contribuyeron a definir la experiencia como una serie de indagaciones múltiples y simultáneas, que llegan a una curva alta de intensidad en la disposición de voces del coro experimental y en la exploración de la materialidad del edificio (pisos, paredes, rejas, objetos) sobre todo a partir de acciones como golpear y percutir en las superficies.
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El laboratorio ha permitido a sus integrantes generar una sensibilidad afinada y una apropiación de elementos frecuentemente paradójicos, pero de rico significado y que de manera individual y como colectivo nos acercan al territorio en su materialidad sonora, soportada a su vez en un contexto histórico y cultural específico, en donde se destaca la emergencia de tradiciones híbridas y traslapadas en el tiempo. Así, aunque aquella “innata capacidad de asimilación de sonidos” que hace parte del sustrato simbólico de la cultura regional, se puede asimilar al universo de la música formal, hemos querido rebasar esa frontera y asumir la sonoridad del territorio de una manera mucho más consistente, de acuerdo al ánimo experimental que caracteriza al laboratorio. En este momento de inflexión y de reflexión, el laboratorio se plantea la necesidad de replicar y profundizar sus experiencias, así como de establecer una posible continuidad en cuanto al trabajo de indagación de territorio se refiere. Aún tenemos que ganar perspectiva en relación al trabajo desarrollado recientemente en el Parque Natural los Nevados, que fue muy importante en términos de exploración del paisaje sonoro y de cohesión de grupo en función del encuentro desarrollado esta semana en la ciudad de Ibagué. Como se sugirió al principio, la captación de la experiencia por medio de la memoria escrita, es un ejercicio que siempre deja muchos cabos sueltos y de carácter esencialmente ambiguo, marcado por la subjetividad de quién habla. Este breve recuento queda abierto a la discusión y aporte de los interesados en seguir pensando la experiencia.


jueves, 17 de octubre de 2013

Memoria: Primer encuentro de las Artes y el Sonido (((Tolima territorio Sonoro)))

Porque el encuentro de las artes y el Sonido

Desde el año 2010 el laboratorio Coello y combeima, ha venido desarrollado los laboratorios de investigación creación en el Tolima, durante los anteriores laboratorios hemos hecho énfasis en la sensibilización desde la dimensión plástico sonora, en el sonido como materia para el trabajo creativo y al mismo tiempo en el sonido como pensamiento, aspecto que tiene que ver con las formas de la escucha, de la comprensión e  interacción con el entorno. Un primer acercamiento critico al territorio sonoro y  la cultura musical del Tolima, desde ejercicios prácticos de reflexión y trabajo técnico, ejercicio de escucha ampliada desde la dimensión de los sonidos propios del cuerpo, pasando por los objetos  y las arquitecturas hasta llegar a los entornos sonoros y paisajes sonoro. Se problematizaron las categorías conceptuales y estéticas entorno a la noción de sonido, ruido y música. Se exploraron posibilidades de trabajo plástico desde las tecnologías análogas para la recepción, fijación y reproducción de sonido así como también  contenidos de edición sonora digital y análoga. Experiencia que permitió que los participantes se acercaran de manera formal en sus trabajos de investigación a el problema de la recomposición de la experiencia sonora, del lugar del acontecimiento, a los dispositivos de deconstrucción sonora de la identidad musical del Tolima.

Hemos venido encontrando en el Territorio Tolimense una serie de grupos artísticos,  movimientos culturales e iniciativas individuales que manifiestan su interés por el trabajo con el sonido como materia de creación mas allá de lo musical. Esta situación propicia la posibilidad de apertura de espacios para la investigación creación en relación a las manifestaciones contemporáneas sonoras y visuales del arte en el Tolima. Este año estuvimos desarrollando el cuarto laboratorio de Investigación y experimentación de  los territorios sonoros en el Tolima, en esta oportunidad se tenia como propósito la consolidación de las estrategias  de experimentación creación abordadas durante los tres anteriores y la generación de acciones para la visibilidad  y empoderamiento de este escenario dentro del departamento y la nación, como estrategia para este propósito se planeo y se realizo  en el mes de septiembre de 2013 el primer Encuentro de las artes y el sonido: ”Tolima,  un territorio sonoro”, un evento expositivo, académico, de intercambio  de saberes y de actividades artísticas que reunió a creadores y artistas locales, nacionales  y un artista sonoro internacional, un espacio nutridos de experiencias artísticas que elaboran con el sonido y reflexionan sobre la memoria y la identidad  sonora del Tolima.

Objetivos propuestos del encuentro.

La invitación  de los artistas nacionales y el internacional,  tuvo el claro proposito de generar diálogos de saberes entre artistas y profesionales del campo del arte sonoro internacional, nacional y local, contextualizar y revisar con  los artistas locales las experiencias significativas de experimentación compartida durante los 4 años del Laboratorio,   reconocer y hacer énfasis en la apropiación  de las metodologías de trabajo e investigación abordadas,  recibir aportes tanto de los invitados como de los asistente que aporten a la consistencia del acto creativo, materiales, estrategias, lenguajes y las gramáticas. En general se considero como un espacio de visibilidad y  empoderamiento, durante tres dias de actividades académicas,  propuestas artisticas, exposiciones, charlas e intervenciones sonoras .

Artistas invitados

Internacional: Manuel Rocha Iturbide
Nacionales: Jaidy Astrid Díaz, Mauricio Bejarano
Locales: Participantes del Laboratorio  del Tolima, Artistas docentes y comunidad vinculada al contexto.

Manuel Rocha Iturbide, es artista, docente, investigador historiador, critico y agente del arte sonoro y la música electroacústica en México y en otras lugares en el mundo, su trabajo transita entre los lenguajes y gramáticas propias de las artes plásticas y la música  ha desarrollado proyectos sonoros materializados en objetos esculturas instalaciones sonoras así mismo como composiciones electroacústica, organizador de múltiples eventos de arte sonoro. Juan Manuel es considerado uno de los precursores del movimiento artístico del arte sonoro en Latinoamérica promotor de una plataforma estable del lenguaje del sonido en las artes.  Consideramos que este perfil profesional tan versátil  y amplio es una oportunidad para poder promover un dialogo profundo y con experiencia en el tema, que sirva como motivo para  sensibilizar a los agentes de las artes en el Tolima sobre el potencial sonoro del territorio a la vez para estimular el pensamiento y la creación por parte de los artistas integrantes del laboratorio y en general a los que participen del evento. 

Manuel Rocha Iturbide, es un compositor con especialización en música electroacústica, artista sonoro, así como investigador y curador de estas áreas. Estudia la licenciatura en composición en la UNAM, una maestría en Mills College, y un doctorado en el área de Estética, Ciencia y Tecnología de la Música en la Universidad de París VIII. Su música ha sido ejecutada en varios continentes recibiendo encargos del Instituto IMEB de Bourges, del Cuarteto Arditti, etc, y ha realizado esculturas e instalaciones sonoras en importantes espacios de arte a nivel nacional e internacional como La Bienal de Sydney 1998, ARCO España 1999, Forum Universal de las Culturas 2007, etc. Ha sido beneficiado con las becas del SNC  de México, del Banff Center for the Arts, de la Fundación Japón, etc. Ha ganado premios en los concursos Luigi Russolo de Italia y de Música Electroacústica de Bourges entre otros. Actualmente es profesor en la ENM de la UNAM. Su pagina WEB es  www.artesonoro.net.

Jaidy Astrid Díaz Artista plástica y docente investigadora con maestría en artes plásticas de New York University; con estudios de historia del arte en el Istituto d’architettura di Venezia, en Italia, y en el International Center of Photography, de Nueva York. Actualmente adscrita en la facultad de artes de la Universidad Nacional de Colombia, para el programa de pregrado en artes, la maestría interdisciplinar de teatro y artes vivas y la maestría en educación artística integral.

Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas, en el ámbito nacional e internacional. Ha obtenido diversos premios y becas entre las que se destacan, el premio Jack Goodman Award para el arte y la tecnología, en Nueva York; el premio Anna Stampalia Foundation, otorgado por el Museo de Arte Contemporáneo de Brescia, en Brescia, Italia; segundo premio del X Salón Nacional de Artistas Jóvenes, entre otros.

Su trabajo artístico se destaca por lo plural de sus intereses y desarrollos, que se enmarcan dentro del campo de la escultura. Instalaciones, intervenciones en espacios y la interacción con distintas comunidades son algunos de sus constantes. Su exploración en la esfera de lo sonoro deriva por aspectos como la voz, el gesto y el cuerpo, las distintas formas de la escucha  y la dramaturgia sonora como eje central de los procesos de creación, entre algunos.
Como investigadora en las artes ha recibido el apoyo del fondo de investigación de la facultad de artes de la Universidad Nacional, para desarrollar el proyecto de investigación y creación, Aprendiendo de un lugar en el Amazonas Fase II (2013), Silencio, ausencia y acontecimiento: tres gestos sonoros (2012); y para el semillero de investigación: Pensar Sonido: actos de la voz (2009). Así mismo, la sede Amazonia, a través del Instituto de Investigaciones IMANI y la coordinación de Investigación-Extensión por medio de una convocatoria intersedes seleccionó como proyecto ganador a Aprendiendo de un lugar en el Amazonas, para su financiación.
También participó en el programa de laboratorios de investigación-creación para el departamento del Amazonas, programa promovido por el Ministerio de Cultura.

Mauricio Bejarano Ha explorado diversos campos de la creación como el diseño, la poesía, la música acusmática y el arte sonoro. Profesor Asociado en la Universidad Nacional de Colombia en la Facultad de Artes donde enseña Creación Sonora y Música Acusmática. Ha tomado talleres y seminarios de composición electroacústica con Daniel Teruggi y François Bayle, Ina-GRM, Francis Dhomont, Stéphane Roy, John Chowning, Jean-Claude Risset y Michel Zbar. Ha expuesto individual y colectivamente y ha compuesto música para teatro, vídeo y participado en diversos recitales y conciertos en Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, España, Francia, Uruguay y Estados Unidos. Ha organizado innumerables conciertos como los Ciclos Acusmáticos Anagramas 1 y 2, los Ciclos de conciertos de Música Electroacústica La 1o Oreja yLa 3o Oreja en el Auditorio Olav Roots de la Universidad Nacional de Colombia en Santafé de Bogotá. En 1998 funda Murciélago, un estudio de creación de música electroacústica y un museo sonoro dedicado a la colección, investigación y divulgación de paisajes y objetos sonoros.



Agenda del Evento



Día
Hora
Actividad
Lugar
Lunes 9
8:00am
5:00pm
Actividades pedagógicas:
Taller de arte sonoro en los barrios de Ibagué.
Intervenciones, atrevimientos y provocaciones sonoras en espacios públicos.
Barrios Ibagué Colombia
Martes10
 4:00pm
Marcha ruidista. Serenata ambulante
Concha Acustica
Miércoles11
 6:30 pm
Apertura a la exposición “4 Años Recorriendo La Escucha Creativa Del Territorio Sonoro Del Tolima”
Casa Camacho
Jueves 12 septiembre

9:30 am 12:30 pm
2:00 pm
5:00 pm
Presentación de la exposición a los invitados nacionales e internacional.
Reunión de artista Invitados  y participantes al encuentro por mesas temáticas.
Plenaria de socialización
Universidad del Tolima
Terrazas.

6pm
Acciones sonoras(Cristian Casilimas, Margarita Mora, shanon Abril)
Concha Acústica
Viernes  13 de septiembre
1pm a 6pm

Ponencia Artista Local: Carlos Armando  Castillo. “Tolima Territorio Sonoro”.
Ponencia Dora Brausin “ Memoria sonora de Colombia”
Ponencia Artista Nacional: Jaidy Díaz: “Escuchas resonantes”
Ponencia Artista Nacional: Mauricio Bejarano: “Sonido del Patrimonio”
Ponencia Artista Internacional: Manuel Rocha Iturbide: “El  Paisaje en la instalación y el arte sonoro”
Discusión abierta entre ponentes y participantes.

Auditorio Museo de Arte del Tolima
Sábado 14 de septiembre
6:30 pm a 9:00 Pm
 Abre el Ensamble de voces y ruidos del Tolima
Jam de Improvisación  corposonora.
Cierra concierto electroacústica  Manuel Rocha Iturbide y Mauricio Bejarano.

Conservatorio del Tolima Sala Alberto Castillo.






Invitación oficial y programa del evento.






Tercer encuentro del laboratorio, selección edición y montaje de la exposición 





Paola, Camilo y hugo en el montaje de las fotografias en la Casa Camacho.


Andres Buritica armando los conos de la exposición.


Reunion de preparación Logistica de montaje de las obras participantes de la exposición,
en la foto Yenny , Sebastian, Yeison, Esmeralda y Leonel.


Lunes y martes


Actividades pedagógicas: Taller de arte sonoro en los barrios de Ibagué.
Intervenciones, atrevimientos y provocaciones sonoras en espacios públicos.









Miércoles
Apertura a la exposición “4 Años Recorriendo La Escucha Creativa Del Territorio Sonoro Del Tolima”

Acción del grupo de experimentación vocal  en el acto de apertura de la exposición “4 Años Recorriendo La Escucha Creativa Del Territorio Sonoro Del Tolima”  En la Fotografía Yenny Garcia Montaño 


Publico asistente experimentando la escucha desde la calle antes de entrar a la exposicion, asitieron mas de 300 personas, la inauguración duro aproximadamente 4 horas, comenzando a las 7 pm.



Sala de paisajes sonoros reproducidos desde la estación de escucha ubicada en el centro  de la exposición fotografica.

Instalación sonora con tocadiscos de Nabor Betancut


Acción el aguardiente me hace mas valiente de Manuel Mancera.



Acción sonora Cristian Casilimas


Performance de Mari Castillo

Jueves


El cuarto día Invitamos a los artistas nacionales, internacionales y laboratoristas para desarrollar un visita a la exposición con el claro interes de mostrales el procesos y contextualizarlos para en horas de la tarde en la universidad del Tolima desarrollar un conversatorio  de intercambio de  y experiencias  pensamiento critico, este espacio lo orientamos entorno  al los tres ejes temáticos que han movilizado el laboratorio.
  1. ·       Paisaje recorrido y territorio sonoro.
  2. ·       Creación sonora: escucha , apropiación e intervención.
  3. ·       Memoria, tradición y Resistencia

Un espacio de charla  donde  se pudo compartir metodologías y contenidos críticos estéticos sobre los temas en relación a la experiencia del laboratorio recogida en la exposición y nutrida con los comentarios de los invitados, una interlocución desde experiencias diversas, dialogo abierto entre  creadores, y maestros del artes sonoro, todos en función del territorio sonoro del Tolima.






Paola, Leonel y Carlos Armando castillo  presentandole la exposición de fotografias y fonografias del paisaje sonoro a el invitado Manuel Rocha.



Jaidy Diaz, Mauricio Bejarano y Manuel Rocha compartiendo con los integrantes del Laboratorio, Nabor Betancur, Anibal Maldonado, Yeison Torres, Leonel Vasquez, Cindy Mattos, Carlos Castillo, Daniel Galvis, Esmeralda Ramirez, Karina del laboratorio del Otro Yo, Paola, GErman Cortez, JOse A Rubio, Andres Buritica, entre otros.




Integrantes del Laboratorio dialogando con Manuel Rocha en el patio de la Casa Camacho




Conversatorio en La universidad del Tolima, al rededor publico asistente.


Viernes


El quinto dia en el  auditorio de la musica de la Universidad del Tolima  mientras continuaba abierta la exposicion, se desarrollo un escenario académico de ponencias y conversatorio por parte de Manuel Rocha que hablo sobre el paisaje en la instalación de arte sonoro, Jaidy Diaz que hablo sobre la escucha como acto creativoMauricio Begarano que hablo sobre lo problematico del archivo y el debate sobre el patrimonio sonoro y un integrante del Laboratorio Carlos Armando Castillo, que presento una ponencia  territorio e identidad sonora a partir de la experiencia del laboratorio.




Jaidy Diaz Artista sonora Invitada al encuentro, en su ponencia sobre la escucha en el auditorio mayor de la música.



Mauricio BejaranoArtista sonoro invitado al encuentro, en su ponencia sobre  el patrimonio sonoro en el auditorio mayor de la música.

Manuel Rocha Artista sonoro internacional invitado al encuentro, en su ponencia sobre  la escultura y la instalación sonora en el auditorio mayor de la música.



Después de las charlas se desarrollaron dos performances el del grupo liderado por la laboratorista Shannon Abril y Margarita Ariza, en el salon de títeres de la Universidad del Tolima


Performance del grupo liderado por la laboratorista Shannon Abril y Margarita Ariza, en el salon de títeres de la Universidad del Tolima


y el performance  de Tatiana Moreno Rio Rojo en el auditorio de títeres.
Sábado

El sexto día y como cierre del evento en la sala principal del conservatorio del Tolima la sala Alberto Castilla organizamos  un concierto de música electro acústica , improvisación libre, voces y ruidos desarrollado por  Manuel Rocha, Mauricio Bejarano, y el grupo de experimentación vocal sonora del Laboratorio.


Concierto del Grupo de experimentación Vocal del Laboratorio, en la fotografia, Tatiana, Karen , Shannom, Esmeralda, Sebastian, Cindy y Brenda.
MAuricio y mAnuel haciendo pruebas de sonido en el Auditorio Alberto Castilla.


Antes de comenzar el concierto de musica electroacustica




Antes de comenzar Durante el concierto de musica electroacustica, al evento asistieron cerca de 200 personas, eso fue considerado un gran logro pues en el Tolima la escena electroacustica es muy disminuida al igual que los espacios de divulgación y publico asistente.

Imágenes: Primer encuentro de las Artes y el Sonido (((Tolima territorio Sonoro)))